Barefoot de camino - entrevista con Toni Carmelo

Me llamo Toni Carmelo y nací en 1958 en Roses. Desde siempre he tenido un gran amor y respeto por los animales siendo mis predilectos los perros y los caballos.

Empecé a montar a caballo a los 18 años y desde entonces no he dejado de hacerlo. Soy Monitor de Equitación y he realizado numerosos cursos y seminarios relacionados con el caballo. Tengo el grado de galope 7 en Doma, Salto y Completo.

Aunque he competido durante años en salto, concurso completo y raid mi disciplina preferida ha sido siempre las rutas a caballo, las cuales las he realizado por toda España y, por proximidad, también por Francia.

Las rutas por lo general las hago en solitario y en total autonomía, es decir sin apoyo exterior. Para ello me sirvo de uno de los caballos como caballo de carga.

Las rutas mas destacables que hemos realizado mis caballos, mi perra y yo, han sido:

• Vía de la Plata: Monesterio (Badajoz) – Santiago de Compostela, 930 km en 30 días.

• El Camino Catalán de Santiago de Roses a Lleida en dos semanas.
• Ruta del agua por la sierra de Albarracín (Teruel).
• Málaga- El Rocio- Sevilla- Monesterio (Badajoz) 750 km en 21 dias.
• Ruta Equirando en Tolouse (Francia).
• Ruta de 8 días por el Pirineo Oriental.
• Ruta de L’hermità.

En julio del 2009 compré dos potros PRE en Extremadura, ambos con un año de edad. Boti y Bronco no tienen ninguna relación sanguínea, pero desde entonces están hermanados.

Bronco (Don Bronco III) y Boti (Don Boticario) cumplirán 7 años, a finales de mayo y principios de junio, respectivamente.

Yo vivo en la urbanización Mas Fumats de Roses (Girona), en una casa con 1.700 m2 de terreno, parte del cual lo dedico a picadero y padock para los caballos. Antes de traerme los caballos solicité el permiso pertinente para tener los caballos y desde entonces dispongo del Registro de Explotación Ganadera. Por la noche los caballos los llevo a un campo que tengo a unos 150 m de casa donde disponen de un terreno cercado eléctricamente de una hectárea de extensión.

Diariamente les doy dos raciones, una por la mañana y otra por la tarde, de 2 kg de pienso natural, mezcla de varios granos y cereales (avena, cebada, copos de maíz, algarroba y alfalfa prensada) y 4 kg de avena en flor por caballo.

Muchos días los llevo por las tardes a zonas verdes donde los dejo pastando unas horas.

Hasta el año 2003 y durante más de 20 años me había dedicado a la competición de salto, completo y raids. En esa época mis caballos los entrenaba y mantenía siguiendo métodos, podríamos decir, clásicos. Sin embargo, siempre tuve la idea de que una vez que dejara la competición adquiriría unos caballos para hacer rutas y que esos caballos vivirían y los entrenaría de la forma mas natural posible.

Así que, cuando compré los potros, naturalmente descalzos, los mantuve en ese estado convencido de que era lo mejor que podía hacer con ellos.

En mi opinión, la transición dura toda la vida. Según van pasando los años, si uno trabaja el caballo a diario, sus cascos se van haciendo mas fuertes y resistentes, es decir, mas perfectos. Cuando en algún curso de Barefoot nos enseñan un casco disecado de un caballo salvaje como ejemplo de casco descalzo, deberíamos preguntar la edad del caballo cuando murió. Muy probablemente ese caballo murió de muerte natural por encima de los 20 años. Así es como serán los cascos de nuestros caballos descalzos cuando lleven 20 años practicando el barefoot.

En el caballo descalzo todo son ventajas, principalmente para el propio caballo. Si encima tienes en cuenta conceptos como que la transición dura toda la vida, que sensibilidad no es sinónimo de dolor y que no es lo mismo un caballo descalzo que uno desherrado, entonces te conviertes en una persona paciente porque tienes las ideas muy claras.

Cuando llevaba mas de 300 km realizados durante la ruta de la Vía de la Plata, Bronco tuvo un problema en el talón de su pie izquierdo. Tuvo un absceso, probablemente como consecuencia de un golpe o de un pincho, que me preocupó. Llamé al veterinario para comentárselo y después de recomendarme como hacerle la cura necesaria me dijo que si quería llegar a Santiago herrara el caballo. Entonces yo le contesté que preferiría dar por finalizada la ruta antes que herrar al caballo y echar por tierra 4 años de trabajo, esperanza e ilusión. Afortunadamente continué durante algo mas de 600 km hasta llegar a Santiago sin ninguna consecuencia.

Antes de tener los potros realicé un curso de barefoot impartido por Rafael Caparrós. En el curso nos enseñaron a recortar los cascos, de tal manera que cuando me traje los caballos a casa yo ya sabía como como recortar y me había comprado las herramientas necesarias. Sin embargo, desde el día que llegaron los potros a casa, empecé a trabajarlos casi a diario,

ejercitándolos por todo tipo de terrenos, principalmente rocosos. Ese es el mejor método para que los cascos se mantengan de manera natural y no haya necesidad de recortarlos.

Es decir, en la actualidad no toco los cascos mas que para limpiarlos, y puedo asegurarte que son unos cascos sanos, fuertes y flexibles.

Como te he comentado antes los trabajo casi a diario, durante 50 minutos, pero pie a tierra. Siempre hago el mismo trabajo bien de manera individual o bien con ambos a la vez. En un picadero redondo de unos 14 m de diámetro, compuesto de arena compacta con piedrecillas que producen un desgaste natural del casco, los pongo a dar vueltas a la voz (sin cuerda). Comienzo y finalizo siempre al paso, y voy pasando por todos los aires, variando el ritmo, y cambiando de mano cada 5 minutos.

Este trabajo tiene fundamentalmente tres finalidades: Ejercitar físicamente al caballo, provocar el desgaste natural del casco y acostumbrar al caballo a nuestra voz, creando una conexión entre ambos.

Intento no montarlos mas de una vez por semana, ya que considero que son caballos jóvenes que no han terminado su desarrollo y todavía están fortaleciendo su dorso.

Si son rutas de menos de seis días (sobre 180 km) no utilizo botas, incluso a veces aguanto hasta diez días, entorno a los 300 km. Bronco siempre aguanta un poco mas que Boti.

En mi última ruta que fue por el pirineo oriental y duró 8 días (unos 230 km), Bronco no utilizó botas y a Boti le puse botas solamente en las manos durante un par de días.

En las rutas largas siempre llevo un juego completo de botas para cada caballo, pero cada vez las utilizo menos.

Las rozaduras son casi inevitables. Para intentar evitarlas o retrasarlas lo máximo posible conviene proteger los talones con un tipo de “muñequeras o calcetines” que, además de evitar el contacto directo con la bota, evitan que la piel del talón entre en contacto con el barro , el polvo o la piedrecillas, elementos que acaban provocando las rozaduras.

Las renegade.

Desde mi punto de vista si alguien quiere tener su caballo descalzo (que no desherrado) debería cumplir lo siguiente:

1. Hacer un curso de barefoot

2. Trabajar al menos 4 veces por semana su caballo.

3. Alojar el caballo en padocks (no estabulado), manteniendo estos diariamente limpios de excrementos.

4. Una alimentación adecuada, lo mas natural posible.

5. Y por último, se ha de ser consciente de que mantener un caballo descalzo exige una gran responsabilidad, pero que merece verdaderamente la pena.

Entiendo que, para la práctica de ciertas disciplinas hípicas o ecuestres, el jinete decida herrar a su caballo para evitar resbalones que pudieran provocar accidentes, es decir, por seguridad. Así como también entiendo que para ciertas hípicas y propietarios, por razones de tiempo o espacio, necesiten estabular a los caballos y por tanto no tengan mas remedio que herrarlos, como un mal menor, pero a mi me gustaría que un día todos los aficionados que aman y respetan a los caballos practicaran el barefoot con sus caballos, pero eso si con responsabilidad.