Casco laminítico crónico

La primera fotografía muestra el estado de los cascos de una yegua antes de mi primer recorte. La yegua de 23 años de edad, sufría desde hacía dos años una laminitis/infosura y estaba siendo tratada de forma convencional por un herrador. Éste efectuaba una resección de la pared dorsal y la cubría colocándole las herraduras al revés. A pesar de una terapia prolongada, la yegua siguió con una cojera muy pronunciada, lo que la hacía permanecer largos periodos yaciendo en el suelo. Después de esperar largo tiempo sin ver mejora alguna, el propietario de la yegua decidió sacarle las herraduras con la esperanza de que la yegua pudiera sanar por si misma de forma natural. Pero la yegua siguió cojeando y con frecuentes abcesos en los cascos.

Después de dos recortes, la yegua no sólo andaba al paso, sino que incluso trotaba. Hoy en día sólo anda de manera cuidadosa en suelos con muchas piedras. Aunque el proceso de curación aún no ha terminado, seguro que su desarrollo sólo puede ser positivo en un futuro.

El tiempo transcurrido deja claro que con paciencia y buen hacer se consiguen siempre buenos resultados.

Las marcas rojas de la fotografía superior muestran unas lumbres que debido a la resección practicada anteriormente, no pueden apoyarse en el suelo, sino que flotan. Debido a esto, las lumbres son incapaces de absorber la presión que el casco ejerce cuando impacta contra el suelo y es por eso que las paredes laterales y mediales se ven obligadas de manera desproporcionadas a absorber dicha presión, lo que acaba deformándolas. Otros indicios del mal estado de estos cascos  son los pliegues que aparecen de forma destacada a lo largo de éstos (flechas amarillas), así como la palanca que forman las paredes. En el casco de la parte derecha se puede ver un abceso reciente en la banda cornea (flecha azul).

En la primera fotografía de la vista lateral se muestra, como las lumbres no tocan el suelo, sino que flotan. Las flechas rojas indican como hubieran acabado siendo las lumbres si no hubieran sido reseccionadas. En la fotografía del medio se ve que las lumbres ya tienen casi contacto con el suelo y en la última se puede observar que realmente ya están tocando el suelo con lo que pueden realizar su función, absorber la carga. El estado general del casco ha mejorado claramente.

También las fotografías de la suela del casco muestran una clara mejora. El aparato suspensor del casco tenía al principio un desgarro y al final éste ha disminuido de forma notoria (flecha roja). También se puede ver que la suela forma ahora un corneo sano que ya no muestra zonas rojas debidas a la hemoglobina en los túbulos que aparecen en situaciones de estrés en la dermis (flecha amarilla).